Trapitos
En tiempos ochentosos, las calles comenzaban a ver rodar sobre sus entonces adoquines, a jóvenes con raras crestas que vestían incómodas prendas de cuero bajo calores de 30 grados.
De entre los muchachitos que no llegábamos a la decena de años y participábamos de aquél ritual que nos permitía juntar algo de dinero para degustar golosinas nuevas o comprar una pelota de cuero, estaba siempre el hombre grande que era el que cuidaba en la calle y te dejaba unos dos o tres coches. En esta calle, el hombre era un gordo, calvo, con apenas unos pocos cabellos grises, que extrañaban su tono rubio de años antes, por sobre las orejas. Con la vista achinada por el sol, permanecía en la mitad de la calle, con un trapo al hombro, el cual revoleaba cuando observaba algún vehículo que soñaba con un oasis entre sus pares.
Aquél hombre no era un modelo a seguir. Nadie quería ser como él, salvo en esos minutos en los que llegábamos a imaginar la cantidad de australes que podía hacer tras tener al menos una veintena de coches a su cuidado. No hablábamos nunca de ser como él, sí de ser como alguna figurita de moda en la cancha.
De aquél entonces a este hoy, los años barrieron con muchas situaciones. Se fueron sueños y llegaron certezas, los chicos que correteábamos codo a codo nos hemos separado al punto de ni siquiera recordar el número que conformábamos. El asfalto llegó para tapar los adoquines y dejar una canchita de cemento lisa y plana que no es aprovechada por nadie. Gatti fue separado del plantel de Boca por Pastoriza. Los trapitos no respetan la tradición de aquél pelado de quién nunca supe el nombre (sí tal vez el apodo, aunque tampoco lo retengo). Hace pocos días tres rugbiers fueron baleados tras protagonizar una pelea. Un acto irracional, bárbaro, propio de los tiempos que corren y de los que fueron los principales actores en aquél restó de Palermo jolibú. Está claro que algo hay que hacer, o regular esta labor, o terminar con las mafias de la policía que en lugar de hacer cumplir la ley, proponen un negocio vamo y vamo, bien argento, que confluye en
Ahora, y al margen, los patovas, tanto quilombo por un diego…
7 comentarios:
sigo siendo de la idea de que prohibir solo empuja a la clandestinidad de las actividades.
paso con los puterios, pasa con la droga, pasa en todos lados.
evidentemente, por otro lado, tambien la clandestinidad es un negocio: la intensa regulacion y el ritualismo inutil llevan a la irregularidad y si al coctel le sumamos la dudosa moralidad que no solo reina en las fuerzas de seguridad, llegamos al pais del vamo'y vamo'. la noche de estacionamiento, la docena de facturas o el cana de la esquina son facilmente adquiribles por la modica suma de $10.
si le das 20, te dice señor.
y que piensa la gente al respecto? que "se va todo a la mierda". y si, que esperan? ahora recordamos nostalgicos la "decencia", los "codigos" de los chorros de otras epocas.
el lavado cerebral con agua de riachuelo que nos hicieron calo tan hondo que es crimen que un pibe fume un porro, o que te pida unos mangos para comer y no lo es que esos mismos pibes se mueran de hambre.
a quien le importa? si somos una nacion rica! la crisis mundial no nos alcanza! tenemos tanto superavit que sumamos 8 aviones privados a la flota presidencial.
para que queremos escuelas, calles pavimentadas, agua corriente, luz, comida, SI NUESTRA PRESI PUEDE TENER MAS AVIONCITOS!
y yo que pensaba que mi sobrinito era un consentido cuando le compraron su tercer avioncito de juguete....
El tema de los cuidacoches es bastante más complejo de lo que parece.
No podemos hacer referencia a los hechos sin mencionar cuestiones de valores, sociedad, compromiso, ignorancia, marginación, indiferencia y pobreza.
Yo si fuera en auto a un evento como recitales, cines o partidos de fútbol preferiría estacionar bien lejos, y evitarme estas situaciones.
No es de mal tipo, pero si me pongo a discutir con el trapito acerca de la ilegalidad de su accionar, que la calle es libre, y todas esas cosas puede que termine con un balazo en la cabeza, y no es la idea.
Distinto sería que el tipo cuidara los autos de onda y vos le tirás unos mangos al irte, y todos contentos...
Hay cosas que perdieron su curso hace tiempo, y se pueden cambiar, claro que se puede, pero hace falta un cambio de mentalidad también, de parte de todos.
Un día si quieren nos juntamos a discutir sobre los trapitos jaja
Capaz hasta puedo cambiar de opinión.
Juan M.
Siempre voy a ver basquet a la cancha de boca (la bombionerita se llama)... la cosa, es que muchas veces, y cuando boca llega a las finales, la dirigencia de turno, cierra el estacionamiento, y lo tenés que dejar en la calle..... con los trapitos, que no son otros que miembros de la barra de futbol......
lo último que tuve que pagar, fueron $20.- para que no dañen mi cohe, ya que cuando dije:
"para flaco, todo bien,, pero 20 mangos?!"... me contestaron: "cuanto querés pagar por encontrar el coche igual que lo dejás? Cada peso menos es algo que le puede faltar".....
"si, tomá 20.... no necesito factura, gracias"....
Llegué a esta blog de casualidad (en realidad, buscaba una foto de BABY ETCHECOPAR; no me pregunten por que, y fuí a SIN CARTUCHOS, y luego vine á terminar acá..... y creo que al Lic. Jasper lo veo siempre por el blog de andreíta, puede sr?... si es así, que chico es el mundo, y que pequeña es "la interné")
No importa quien soy: Sí, importa, y esperamos tenerte seguido en los blogs que mencionás (no te vamos a preguntar qué querías hacer con la foto de baby)
Personalmente hace mucho que dejé la actividad trapitera, y es cierto lo que decís sobre la barra. El punto es que el estacionamiento se cierra porque al club también le llega un tanto por ciento (no al club, sino a alguno de ellos) por el "laburo".
pa cuando un post de obliterator en este nido?
Jajaja, luego vamos a tirar algo. Estoy con bloqueo creativo.
La hinchada lo pide, Obli posteate algo en este "blog"
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